Intemporal.
(Del lat. intemporālis).
Se me ocurren muchos ejemplos para poner, como
intemporales. Palabras que salieron de una garganta y no fueron recogidas por
oído alguno. Miradas que se perdieron en la noche al encontrarse con los ojos
que le dieron vida. Hojas que cayeron de árbol y nunca tocaron tierra. Pasos
que iban a una cita y se quedaron en un quizás. La música que suena en
los oídos de cada cual cuando, cada cual, siente la vida o la añora o la llora.
O siente el momento en que vuelve a escuchar, de nuevo, esa canción que nuestra
cabeza almacena junto a un recuerdo. Cosas intemporales que nadie puede
definir.
Nadie puede definir que siente un corazón ante el
miedo de una perdida. Ni el dolor del alma ante una ausencia. Ni que sienten
tus ojos cuando miras un amanecer y dos se convierten en uno, sin mediar
palabra alguna. Nadie siente lo que tú sientes cuando un niño se ríe, tras una
noche de llanto. Nadie. Es intemporal, no pertenece a ningún tiempo porque, en
esos momentos, tú detienes el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario