Científicos australianos han descubierto que las
heces de los cachalotes 'ayudan' a los océanos a absorber el dióxido de carbono
de la atmósfera, debido a que se liberan
cerca de 50 toneladas de
hierro cada año.
El trabajo, publicado en la revista 'Proceedings B' de la Royal Society
británica, aclara que de esta forma se estimula el crecimiento de pequeñas
plantas marinas conocidas como 'fitoplancton', cuya misión es absorber el
dióxido de carbono durante su proceso de fotosíntesis.
Este resultado se obtiene gracias a la absorción de 400.000
toneladas de carbono, más de el doble de lo que las ballenas 'fabrican' durante
su respiración. Los investigadores han visto igualmente que, gracias a esta
estimulación, las plantas fabrican más comida para los cetáceos, en torno a
unas 12.000 toneladas más.
Según explica la BBC, el fitoplancton forma parte de la base de la cadena
alimenticia de los animales marinos y el crecimiento de estas pequeñas plantas
está limitado por la cantidad de nutrientes disponibles, incluyendo el hierro.
En la última época, grupos científicos han intentado paliar el cambio climático
con inyecciones de hierro en el océano, aunque no todos estos experimentos han
resultado siempre ser exitosos, como en 2008 una expedición alemana que insertó
toneladas de hierro en el Océano Antártico sin éxito.
El número total de ejemplares de cachalote en el mundo es difícil de
contar, aunque sí se sabe que de igual forma que lo hacen en el océano
Antártico, fertilizando estas plantas el proceso se repetiría en diferentes
partes del mundo.
Estos animales se nutren principalmente de calamares en las profundidades
marinas y defecan en las aguas superficiales, donde el fitoplancton crece, con
el acceso de la luz del Sol. los científicos sugieren finalmente que este
mecanismo podría repetirse también con el 'krill antártico'.
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