Insectos de gran valor nutritivo
En todo el mundo se
consumen más de 1.500 especies de insectos, entre los que destacan escarabajos,
saltamontes, hormigas y abejas
Los insectos, esos pequeños
animales tan rechazados en nuestra cultura, son nutritivos, lucrativos y un
buen control biológico contra las plagas, según la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Los insectos comestibles son una importante fuente de proteínas que ya han
llegado a nuestros mercados, en los que, de momento, ocupan un puesto más
relacionado con la curiosidad y con la valentía del consumidor típico
occidental que con el valor nutricional.
· Las vacaciones y los viajes son una gran
oportunidad para probar este tipo de comidas preparadas de forma tradicional
por otras culturas, alejadas en lo gastronómico a la nuestra. Pueden llegar a
formar parte de exquisitos platos valorados por los gourmets, y hasta hay
recetarios para complacer a todos los gustos. Los insectos se consumen en todos
los estados de su desarrollo, siendo su componente nutritivo más importante las
proteínas, que se pueden calificar como de buena calidad; le siguen las grasas,
que son muy abundantes, sobre todo en los estados larvarios y, además, son
ricos en algunas sales minerales y en vitaminas, principalmente del grupo B.
Potencial nutricional y comercial
Insectos, arañas y crustáceos son animales que se clasifican como
artrópodos, animales invertebrados con un esqueleto externo, un cuerpo
segmentado y extremidades articuladas. Hay más de un millón de especies
descritas, en su mayoría insectos, que representan hasta el 80% de todas las
especies animales conocidas. Más de 1.500 especies de insectos se consumen como
alimento en diferentes regiones del mundo y su valor nutritivo es tan relevante
que la FAO está investigando cómo explotar su potencial nutricional y comercial.
Los especialistas de la organización se centran en la identificación de
métodos para criar insectos forestales comestibles. Según Patrick Durst, de la
FAO, del total de especies que se consumen en el mundo, 527 forman parte
habitual de la dieta en 36 países de África, en 29 de Asia y en 23 de América.
Entre los insectos más consumidos figuran los escarabajos, saltamontes,
grillos, hormigas, abejas y mariposas.
Estos pequeños animales, por lo general feos y repulsivos para nuestra
cultura occidental, adquieren cada vez más protagonismo y experimentan una
evolución en los modos de preparación que les colocan en los mercados más
selectos y en las mesas de los restaurantes más prestigiosos.
Algunos insectos como las moscas, avispas, escarabajos y mariposas pasan
por diferentes estados de desarrollo; desde el huevo pasan a larva y/o a pupa
hasta que son adultos. Como embriones, estos pequeños organismos viven
relativamente inmóviles y su misión es alimentarse y almacenar grasa. De hecho,
la larva es el estado en el que se consumen más comúnmente porque es más
tierno, sabroso y digestivo. Además, en este período de su ciclo vital es
cuando tienen mayor valor nutricional y es el momento en el que se puede
encontrar la mayor agregación de individuos que, una vez adultos, como las
moscas o las mariposas, se disgregan y es más difícil recolectarlos.
Fuente importante de proteínas
El valor nutritivo de los insectos es elevado, y su componente más
importante son las proteínas que, en general, forman la mayor
parte de su cuerpo y que se pueden calificar de buena calidad. Por ejemplo,
según datos publicados por la Montana State University, 100 gramos de
saltamontes pequeños contienen 20,6 gramos de proteínas, un poco menos que 100
gramos de carne de buey, que contiene 27,4 gramos de este nutriente. Por otro
lado, las grasas son muy abundantes, sobre todo en los estados larvarios y en
las pupas que, en general, muestran un buen balance de aminoácidos esenciales
(componentes elementales de las proteínas) que hace que su digestibilidad sea
elevada.
Las larvas proporcionan calorías de gran calidad, ya que están conformadas
por ácidos grasos poliinsaturados beneficiosos
para la salud. Además, los insectos en general contienen sales minerales,
algunos son muy ricos en calcio, albergan vitaminas del grupo B y son una
fuente importante de magnesio.
Según los estudios liderados por la doctora Julieta Ramos-Elorduy,
investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), pionera en el estudio de estos
animales, el contenido nutricional de algunos coleópteros (escarabajos) como el
"C. barbatum", con 42,3 g/100 g de aminoácidos esenciales. Según los propios
investigadores mexicanos, no hay que olvidar que "las proteínas son las
reparadoras y constructoras de las células, tejidos y órganos del cuerpo;
además, intervienen en el funcionamiento del sistema inmunológico que nos
protege de las enfermedades. Los insectos aportan no sólo una gran cantidad de
proteínas, sino que incluso pueden llegar a superar la calidad de las que
proporcionan el pescado, el pollo y cualquier otra fuente proteínica".
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