Las cucarachas, más
que un riesgo para la salud, podrían convertirse en una rica fuente de
antibióticos, según una nueva investigación.
Se encontraron nueve compuestos capaces de eliminar a
varias superbacterias.
El estudio, llevado a
cabo con cerebros de estos insectos y de langostas, descubrió varios compuestos
químicos que, según los científicos de la Universidad de Nottingham,
Inglaterra, son tan potentes que pueden eliminar a las llamadas superbacterias.
Los investigadores
esperan que eventualmente estos compuestos puedan ser desarrollados en nuevos
antibióticos capaces de combatir infecciones bacterianas graves.
El estudio fue
presentado durante la conferencia anual de la Sociedad de Microbiología General
celebrado en Nottingham, Inglaterra.
Según los expertos,
la industria farmacéutica está generando cada vez menos antibióticos debido a
la falta de inversión en investigaciones, y al mismo tiempo, cada vez están
surgiendo más cepas de patógenos, como las superbacterias, resistentes a los
medicamentos actualmente disponibles.
Por eso hay una gran
necesidad de encontrar fuentes alternativas de sustancias para nuevos fármacos.
Potentes
compuestos
Estas sustancias,
dicen, tienen propiedades antimicrobianas suficientemente potentes para matar
al 90% de estafilococo dorado resistente a la meticilina (EDRM) sin dañar a las
células humanas.
Las cucarachas son
famosas por su tenacidad y por su capacidad para prosperar en ambientes sucios.
El EDRM se ha vuelto
resistente a la mayoría de los antibióticos disponibles.
Tal como señala el
doctor Simon Lee, quien dirigió el estudio, esta capacidad para vivir en
condiciones infecciosas y de succiedad se debe a que su cerebro contiene este
tipo de compuestos.
"Estos animales
necesitan tener algún tipo de mecanismo de defensa contra microorganismos"
dijo el científico a la BBC.
"Creemos que su
sistema nervioso necesita estar continuamente protegido porque si el sistema
nervioso se "descompone" el insecto muere. Aunque el animal puede
sufrir daños en sus estructuras periféricas sin morir", agrega.
El investigador
espera que los compuestos puedan ser utilizados para combatir las infecciones
resistentes a múltiples fármacos, como las de E. coli y EDRM que cada vez son
más difíciles de tratar con los antibióticos más poderosos que están
disponibles actualmente.
"Una tasa de
eliminación de 90% es muy, muy alta -dice Simon Lee- y yo diluí la sustancia
para que sólo estuviera presente una cantidad muy pequeña".
"Los
antibióticos convencionales reducen el número de bacterias y dejan que el
sistema inmune se encargue del resto. Así que haber podido obtener un compuesto
tan potente con una tasa de muerte tan alta y una dosis tan baja es muy
prometedor", agrega.
El investigador
subraya, sin embargo, que todavía se necesitarán muchas más investigaciones
para comprobar la seguridad y eficacia de estos compuestos antes de poder
desarrollar un fármaco que pueda estar disponible en la clínica.
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