Posted 07.31.2013 at 4:06 pm
Jatropha curcas Wikimedia Commons
Cinco científicos alemanes han propuesto una
nueva estrategia para la mitigación de los efectos del cambio climático:
convertir desiertos costeros en bosques. ¿Por qué? Los bosques, llenos de
árboles que consumen dióxido de carbono, son un gran baluarte contra los gases responsables
del cambio climático global. Desiertos, con su falta de cubierta vegetal, son responsables
también en hacer lo mismo.
La clave de este proceso es el secuestro de
carbono. Plantas secuestran parte del dióxido de carbono que respiran, almacenan
en sus ramas, troncos y las raíces, así como depositan algunos en el suelo en
que viven, compensando un poco el aumento de dióxido de carbono en la
atmósfera.
Para activar desiertos en un lugar viable
para la captura de carbono, los investigadores reunieron a un equipo diverso de
especialistas, con el conocimiento que van desde el riego y captación de
carbono a la desalación y la economía.
Corto, venenoso y resistente, el árbol Jatropha curcas puede sobrevivir al
calor intenso, suelos pobres, alcalinas, y precipitaciones muy bajas. También
produce una semilla rica en un aceite adecuado para su uso como combustible
biodiesel sostenible y respetuoso del medio ambiente.
El documento sugiere la plantación de Jatropha curcas en el desierto a lo
largo de la costa de la Península Arábiga, la creación de una planta de
desalinización para proporcionar el agua necesaria para el riego, luego dejar
que las plantas comiencen la captura de carbono y, finalmente, la producción de
biocombustibles.
Carbon Farming Concept: Becker et al. 2013
Si este proyecto piloto propuesto tuviera
éxito, el futuro de huertos de Jatropha curcas se podrían ampliar para cubrir
los desiertos costeros, generar más combustible, y secuestrar más dióxido de
carbono.
Un posible efecto secundario no deseado del proyecto
es la posibilidad de una mayor cobertura de nubes y precipitaciones. Algo a
considerar con cuidado, ya que como hemos visto una y otra vez, ajustar los
ecosistemas puede tener consecuencias inesperadas.
El estudio aparece en la revista Earth System
Dynamics.
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